Burbuja del tiempo: Claromecó enterró deseos en las Islas Malvinas

llegada a las islas malvinas

En Marzo de 2020 viajamos a las Islas Malvinas en un proyecto que se llamó “De Claromecó a Malvinas”. Se buscó trazar un paralelismo entre ambas localidades, recabar información sobre los isleños y por sobre todo homenajear a los excombatientes y héroes de guerra.

El eje del proyecto, era encontrar los restos del avión Mirage Dagger del Teniente Héctor Ricardo Volponi en la remota Isla Borbón. Buscábamos saber si el lugar contaba con un monolito o tumba de guerra y documentar la vida de nuestro héroe local que perdió la vida siendo muy joven.

Al presentar el proyecto y hacerlo público, los vecinos y amigos de Claromecó se emocionaron y comenzaron a entregarme rosarios, cartas y objetos para dejar en las islas.

La autoridad máxima del pueblo, en ese entonces Carlos Ávila, nos invitó a charlar poniendo a nuestra disposición el Espacio de Arte Quelaromecó para contar al regreso la experiencia vivida. Incluso nos entregó una bandera de Claromecó con el pedido expreso de hacerla flamear en una trinchera de soldados argentinos. Así nació el proyecto de la Burbuja del tiempo de las Islas Malvinas.

Cápsula del tiempo de las Islas Malvinas

24 familias nos dieron cartas y objetos para ser enterrados en las Islas. Estos recuerdos serán recuperados el día que la Argentina recupere la posesión de las Islas por el primer Claromequense que viaje. Para ello, documentamos la ubicación GPS y la grabamos en un souvenir­ -una botella con arena y piedritas de las islas- entregado a cada uno de los vecinos, al museo, a los bomberos y comerciantes que participaron del proyecto.

Fue toda una logística pasar las cartas y los objetos por la revisación celosa de los controles del aeropuerto, donde por cierto, no nos trataron nada bien. Mucha frialdad y seriedad para recordarnos a cada paso que estábamos en “el extranjero”. Así repartimos en bolsos y equipos de filmación las cartas y dibujos, las fotos y banderines, y luego en el hotel las colocamos en un tubo plástico.

La capsula fue enterrada en el Monte Longdon y la elección se debió a un hecho fortuito, ya que encontramos una pala de los soldados argentinos clavada en la turba, como esperándonos para que la usáramos.

No leímos todas las cartas porque algunas fueron selladas. Pero la mayoría son verdaderos mensajes de paz y deseos de recuperación mezclados con mensajes a los familiares y generaciones futuras.

Claromecó tiene eso, una virtud patriótica que se manifiesta cada vez que tiene la ocasión. Con nuestro proyecto redescubrimos a muchos amigos y personas a los que no habíamos abordado con la intimidad que requirió el proyecto. Vimos gente emocionarse y llorar por ser partícipe de este experimento social, cuyo resultado no tiene fecha, pero si la certeza de que algún día sucederá, porque Malvinas, en Claromecó y en todo el país, es una bandera de unión y convicción.

Entrevistas previas al viaje

Hoy comienza una serie de notas escritas, contando lo que vivimos en las islas con mi viejo. Hubo mucha desilusión y dolor por no completar el proyecto (el 18 de marzo cerraron la frontera por el COVID). Por eso tenemos el deseo de regresar a completar el homenaje a Volponi.

En paralelo, dialogamos con Jimena Vernet, descendiente de Luis Vernet, primer gobernador argentino de las Islas Malvinas y con la viuda y el hijo del Teniente Volponi. También dialogamos con excombatientes, dos de los cuales son vecinos de Claromecó y permanentes recuerdo del orgullo que sentimos por ellos.

Si cuentan con una anécdota, una historia o algún comentario no duden en enviarlo al Whatsapp 1132708082. Desde hoy hasta el 14 de junio (y siempre) publicaremos notas sobre nuestro viaje a Malvinas. La colaboración del pueblo claromequense e historias de valentía y coraje que nos deja abierta la esperanza de ser una Nación mejor.

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