Roger Waters en River: “Si no te gusta, andá al bar de enfrente”

Radio W Garage estuvo presente en el recital de 22 de noviembre de 2023, el segundo de la gira por Argentina de Roger Waters, en el marco del tour “This is not a Drill” (Esto no es un simulacro).
Llegamos con la posibilidad de cubrir el evento desde diferentes ángulos y lugares, los que nos permitió hablar con el público y disfrutar de diferentes maneras un evento que parecería que no se repetirá, ya que Waters viene avisando sobre su retiro de los escenarios mundiales. Sin embargo, y a pesar de sus 80 años, da la impresión de tener mucha cuerda para más recitales.

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Ya en las puertas de ingreso, comenzamos a dialogar con la gente, que si bien estaba muy informada sobre los inconvenientes que tuvo Waters para alojarse en Buenos Aires y Montevideo, y las polémicas sobre su postura en la crisis de Palestina e Israel, llegó motivada por los recuerdos y la nostalgia. Esto se sumó a la promesa de grandes pantallas, luces y pirotecnia para coronar la música de Waters y Pink Floyd.


Antes de comenzar el show, una aviso marcó la cancha. Una especie de mensaje a quienes lo critican que fue muy festejado por los fans. Se escuchó en inglés y se se leyó en la pantalla en castellano: “Si eres de los que dicen ‘Me encanta Pink Floyd, pero no soporto la política de Roger’, harías bien en irte a la mierda e ir al bar en este momento.”


Esta frase desprovista de diplomacia nos recordó que estamos frente a un Rockstar que maneja muy bien la provocación y el sarcasmo. Roger también estuvo acompañado por un sonido perfecto y sin fallas, que permitió escuchar y distinguir las pistas grabadas y efectos especiales de los instrumentos en vivo.


Las pantallas gigantes y la pirotecnia coronaron con calidad las expectativas del público. Se mostraron videos con el arte de “The Wall”, como los martillos marchando, violencia explícita vinculada a la guerra, y constantes denuncias de violaciones de derechos humanos en Palestina, Yemen, EEUU y otros lugares del mundo, al ritmo de “The Powers That Be”.


Sonaron los clásicos “Wish you be here” “Confortably Numb” y “Money”, provocando gritos de alegría y admiración en la gente. El momento que más nos impactó, por la carga emotiva y los personajes denunciados fue cuando comenzó a sonar “The bravery of being out of range”. En las pantallas desfilaron las imágenes de los presidentes de EEUU, desde Ronald Reagan hasta Biden, a los que denunció por crímenes de guerra. Tampoco faltaron las imágenes filtradas a la prensa por Julian Assange, sobre el asesinato de dos periodistas y varios civiles en manos de los Marines Estadounidenses, hecho que intentó ocultarse para evitar el juzgamiento de los responsables.


Quienes conocemos la carrera de Waters -siempre estuvimos atento a su postura sobre Malvinas y su gestión junto a la Cruz Roja para el reconocimiento de los soldados NN enterrados en las Islas- sabíamos que no faltarían sus acotaciones sobre la lucha contra el fascismo y el colonialismo. Waters se despachó con un monólogo sobre su postura sobre las víctimas en Palestina, aunque la mayoría del estadio quedó afuera del discurso por su inglés cerrado.


En la mitad del show hubo un intervalo en el que el público aprovechó para saltar al ritmo del canto “El que no salta es militar” y otras consignas políticas con pasión futbolera. Seguramente Roger haya aprovechado ese tiempo para recuperar el aire y las cuerdas vocales de ocho décadas de antigüedad.


El artista actuó, bailó y gritó con su voz gutural intacta, haciéndole sentir a los presentes un compromiso artístico impecable y que cada peso abonado por la entrada valió la pena. El final, con un aplauso cerrado y con la gente haciendo el coro “olé olé olé, Roger Roger”, mostró a la banda y un brindis simbólico en el que participamos todos los presentes. Nos emocionamos, y nos permitimos rememorar momentos de nuestras vidas, a los cuales Pink Floyd le puso música. Nos gustó mucho, no nos fuimos al bar de enfrente…

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